Es una cooperativa de trabajo que se inicia con el objetivo de generar un espacio autogestionado por sus trabajadores. La participación en la organización está dada por la palabra y la acción cotidiana de sus integrantes que provienen de distintas disciplinas y experiencias de vida y trabajo. Nos une la vocación del “hacer”, concretar en hechos lo que pensamos y decimos. Tenemos puesta la mirada en resolver las problemáticas de nuestra organización desde el debate y la materialización de las soluciones.
Contribuimos a la construcción de la soberanía alimentaria siendo parte del desarrollo de la producción hortícola agroecológica del “sector H” del Parque Pereyra Iraola; articulando relaciones solidarias con familias productoras, campesinas y comunidades originarias de todo el país, forjando una relación constante con los consumidores, generando canales de comercialización y distribución estableciendo precios justos para los distintos actores involucrados en el sistema alimentario, transformando alimentos primarios (libre de agrotóxicos) en productos artesanales sin conservantes ni aditivos, creando diversas actividades sociales y culturales para la comunidad.
Optamos por la Agroecología porque es una ciencia que vincula al sistema productivo con la ecología. Al tener esta vinculación, la producción se rige por principios y costumbres tales como preservar la naturaleza, producir con lo que el medio nos provee, respetar los tiempos naturales de las especies; intercambiar, reproducir y conservar las semillas nativas y criollas; fomentar el desarrollo social y el bienestar de las familias campesinas, productoras y consumidoras. La Agroecología sostiene que la producción es un todo integrado, el «hombre» es parte del sistema productivo y no un mero agente externo que deposita la tecnología sobre el mundo natural para obtener un bien.
Nosotros no concebimos la naturaleza como simple mercancía que a mayor cantidad de producción, mayor acumulación de capital y rentabilidad sino que cuando producimos, comercializamos y consumimos pensamos en los factores sociales, culturales, económicos y políticos. De manera que, lo producido y comercializado constituya alimentos y productos sanos y por ende de calidad diferenciada.
Alimentarnos, nutrirnos y cuidarnos es un acto político porque está sujeto a la forma en que nos relacionamos con el «otro» y con los bienes comunes como ser la tierra, el agua, el aire. Cada vez que consumimos, necesitamos preguntarnos cómo se produce lo que consumimos, cuál es su disponibilidad en cada temporada del año, en qué condiciones sociales se produce, de dónde proviene, dónde elegimos comprarlo. Involucrarnos en el sistema alimentario permite florecer a la Economía Social, Solidaria y Popular.